lunes, 8 de marzo de 2010

8 de marzo de 2010 - Cabezaso en la ventana

El otro día vi a Chipi hacer algo tan común y trivial que me sorprendió que nunca lo hibiera visto antes. La vi tomar agua. Sí se que es 100% mundano, pero verla tomar agua y darme cuenta da la sensación de sorpresa que tuve por algo así de pequeño me hizo preguntarme ¿por qué? Qué es esta facinación por lo animales que tantos seres humanos compartimos. Este deseo de conocer absolutamente todo lo que hacen, cómo lo hacen y cuando. De ojalá ser capaces de hablar con ellos y preguntarles cómo es su mundo. A ellos no les importa lo que nosotros hacemos. Nunca he visto un animal mirándome por la ventana, observando como tomo agua. Es tan extraño...

Sea como sea, ayer Chipi hizo otra cosa que nunca había hecho antes. No me gritó. Cuando salí de la casa ahí estaba ella en el árbol de la terraza. Se quedó quieta y me miró. Yo seguí de largo esperando sus insultos ardillanos de rigor. Y nada. No me gritó. Por supuesto que quiero pensar que ahora ya me quiere y seremos la mejores amigas, pero se que esa no es la razón. Talvez estava cansada de tanto gritar o, como no me quedé ahí, no vió la necesidad de ahuyentarme (aunque eso no la ha detenido antes) o simplemente le dio lata. Todo menos que ahora me quiere. Eso nunca. Esta ardilla no es del tipo querendón, eso está claro.

Y ayer uno de los Chipmonks vino al comedero. Corrió por aquí y por allá. Se subió a la pila de madera donde le dejo el maní a Chipi (quien ya lo había recogido). Y de esa forma inesperada que tienen estos animales intentó entrar por la ventana. Pero estava cerrada, por lo que esta imposibilidad física de que dos cuerpos ocupen el mismo espacio rápidamente entró en acción y BAM, cabezaso en la ventana. ¡Ja! Pobre Chipmonk...

2 comentarios:

  1. Pauli, me acordé mucho de tí ayer. El trabajo no salía, el ordenador se colgaba, mi jefe venga a exigir que si esto que si lo otro... agotador. Así que decidí irme a casa, con tan BUENA suerte que perdí el autobús y eso me animó a caminar hasta casa, que es bastante lejos, pero el paseo transcurre entre encinares y praderas, y era un dia completamente veraniego. Disfruté mucho el paseo. Más aún cuando vi a pocos metros de mi un enorme águila volando bajo que de pronto se abalanzó con toda su fuerza sobre una ardilla. ¡¡Fue todo un espectáculo!! Allí la Golden Eagle rematando al bichito con sus garras y finalmente zampándoselo. Estuve allí contemplando toda la escena durante más de 20 minutos, qué animal tan elegante, con sus patas musculosas engalanadas de plumas. Lo mejor fue cuando se cansó de ser observada, enganchó su presa con una sola garra y alzó el vuelo en dirección hacia mí. Tan cerca venía de frente que me asusté un poco y todo. Pasó volando a la altura de mi cabeza, majestuosa, le vi los ojos y el pico de cerca, mira si sería cerca para que lo viese tan claro yo y sin las gafas!!! Hoy vi un milano de cola blanca (white-tailed kite) también muy chulo, pero nada como la escena del águila... pues eso, que me acordé mucho de tí Pauli.
    Abrazos,(también para Seba).
    La Cris

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  2. noooooooo!!!! que choro!!! pobre ardilla y que bien para el águila. este país está lleno de animaler por todos lados. la cagó!

    besos!

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