Siempre llego llena de palabras para contarles las travesuras de Chipi y Cia., pero me pongo a leer el diario y se me hace tan trivial que pierdo toda la inspiración. Chile está pal ñafle...
Pero bueno, de todos modos les cuento algo, a ver si se despejan un poco y dejan el drama de lado por un par de minutos que sea.
Ayer Chipi correteó a los Chipmonks un par de veces, persiguió otra ardilla roja que andava rondando por su propiedad, comió semillas de girasol y se subió a una de sus ramas favoritas. Se quedó un rato en la rama, con el hocico bajo, como si estuviera oliendo la madera. Fue un rato lo suficientemente largo como para despertar mi curiosidad (sí se que no hace falta mucho para despertar mi curiosidad...). Agarré el largavista y ahí estava Chipi, echa una bolita, con la cabeza apoyada en la rama y los ojos apenas abiertos. ¡Que tierno! ¡Estava durmiendo una siesta! Con el corazón derretido la vi despertar, bostezar y mostrar sus tremendos incisivos al mundo, acicalarse por aquí y por allá y de vuelta a la vida. Que dulzura...
Y descubrí que los Chipmonks son de estos roedores que guardan lo que recogen en los cachetes para luego almacenarlos bajo tierra. Uno de ellos estaba bajo el comedero con unos cachetes tremendos. Se veía algo deforme, como muy cabezón, pero muy gracioso. Me encanta ir descubriendo como son estos animales por mi propia cuenta, sin ayuda de libros o internet. Es conocerlos desde la propia experiencia. Genial.
Piedras y dos poemarios para descargar (El Río; El Lagarto verde y el ave
del paraíso)
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Hola a todos y todas... después de mucho tiempo, la Casa del Simio vuelve,
con un par de cambios importantes... de ahora en adelante se abre una
pequeña su...
Hace 10 años
Hija, puede parecer trivial pero para mi no lo es. Disfruto leyéndote, imaginándote corriendo tras el largavista, emocionada, para sapear a tus amiguitos.
ResponderEliminarLa vida continúa igual en todas partes, los animalitos siguen su vida a pesar de los tremendos cambios. Nosotros, los humanos, todavía no nos recuperamos. Parece que algo más podemos aprender de ellos.
Martín Jasoor