martes, 9 de febrero de 2010

9 de febrero de 2010 - Ardillita atropellada

Hoy, cerquita de nuestra casa, vimos una ardillita atropellada. Y había otra ardillita al lado, como si la estuviera, no se, examinando. Que pena. Se me partió el corazón. Me imagino que la otra ardilla entendía lo que pasaba, pero como saber si sentía algún tipo de... ¿lamento? ¿pena? Raro. No se, pobre bicho.

Por alguna razón siempre me afecta ver animales muertos. Pero si veo una persona muerta no me produce lo mismo. Me da nervio y entiendo que es trágico. Pero un animal es distinto. Me produce una profunda tristeza. Son tan inocentes. Es como que no hay razón para que sufran en nuestras manos. Es como si el sufrimiento causado por un ser humano a otro ser humano fuera parte de lo mismo. Somos la misma especie. Lo mismo a que si un gato llega herido por otro gato. Son la misma especie. Pero si el gato llega magullado por un ser humano es distinto. La crueldad hacia otras especies me parece peor que hacia nuestra especie. Hacerle daño a algo tan inocente.

Se siente "ilegal". Prohibido. Rompemos leyes que no fueron hechas por nostros y, por lo tanto, es mucho más grave. El mal por el mal. Hacerle daño al que no puede defenderse. Que talvez ni siquiera entiende que puede defenderse. Es atacar la inocencia en su presentación más esencial.

Y está la crueldad entre seres humanos. Requiere mayor grado de locura. Para llegar a ello se suele empezar con animales. Como si fuera un entenamiento. Ir destruyendo el corazón de a poco. A ver hasta donde se puede llegar. Entiendo que llegar a maltratar seres humanos demanda mayor... maldad. Pero aqui no me refiero a la maldad, sino a la "ilegalidad" de atacar otros seres. Por algún motivo se siente peor.

1 comentario:

  1. Hola super Pauli! Qué bien que dentro de poco empezará el fin del invierno...yo por aquí también estoy alucinando con tanta nieve seguida...
    Un beso grande!
    Raúl (desde Deutschland)

    ResponderEliminar