Hoy habíamos terminado recién de cenar. Estábamos viendo un programa en la tele sobre Susan Sarandon buscando información sobre su abuela que nunca conoció. De reojo veo a través de una ventana que da a la calle a un tremendo gato amarillo caminando en dirección a la casa. Venía dando saltitos, como si en realidad fuera un perro de orejas puntudas. En un nanosegundo los archivos de mi cerebro se encendieron y pasamos de "tremendo gato amarillo" a "perrito de orejas puntudas" a ZORRO. ¡Era un zorro! A pesar de todas esas categorías que pasaron por mi mente hasta llegar a la respuesta correcta, no pasó ni un instante entre la primera y la última idea. Me levanté asombrada, mientras Di y Anita no entendían lo que había visto. There is a fox outside. A what? A fox. What? Fox. No me salía la voz y las dos tienen problemas de audición. Pero vieron lo perpleja que estaba, lo que las inquietó lo suficiente. A fox! Oh, there's a fox outside! Salimos las tres por puertas distintas a ver si lo encontrábamos. Y ahí estaba. Muy campante paseándose por el patio del vecino. Sus patas negras, como si tuviera guantes, y su cola gorda lo identificaban sin problemas. Y mientras caminaba entre los árboles, yo escuchaba y veía a las ardillas subiendo sin dudar por los troncos.
Pero no se imaginen que estoy en la mitad del bosque, como en Chocorua. Lexington es una ciudad unida a Boston con muchas áreas verdes, pero una ciudad al fin y al cabo (es más bien una comuna de este gran conglomerado). El patio trasero de Anita y Di tiene árboles grandes, que dan la sensación de bosque, pero un par de metros más allá hay una casa, una calle, otra casa, autos que van y vienen, micros... Todo el arsenal urbano. Sin embargo, aquí es donde finalmente he visto un zorro. Es como si en Ñuñoa apareciera un zorro. Y eso no es todo. El otro día íbamos pasando por el centro de Lexington, que sería como la Plaza Ñuñoa sin el resto de Irarrázabal, y vemos un pavo salvaje caminando por la acera. Sólo falta el alce y habré visto todos los animales que esperaba encontrar en Chocorua. ¡Plop!
Piedras y dos poemarios para descargar (El Río; El Lagarto verde y el ave
del paraíso)
-
Hola a todos y todas... después de mucho tiempo, la Casa del Simio vuelve,
con un par de cambios importantes... de ahora en adelante se abre una
pequeña su...
Hace 9 años
Una vez manejando por un camino campestre en Maine, un zorro estaba parado en la mitad del camino y me hizo parar. Luego como si estuviera cobrando peaje, se acercó y se subió con las patas delanteras en la puerta del auto mirando adentro del auto para ver si tenía algo rico pa' comer. Le ofrecí algunas pasas que andaba trayendo y ya satisfecho me dejó pasar! son increibles los zorros- muy inteligente y sociables- besos, k
ResponderEliminarOh my god , very nice!!
ResponderEliminarQue bien escribes, aparte de todo, y que suerte ver un gato, convertido en perro y luego en Zorro!! solo a ti te pasan estos eventos....Estoy segura de que antes de venir ya habras visto el Alce....
Besos y amor
Mami