Ayer me levanto a desayunar y, mientras estoy en la cocina, Anita se me acerca y me cuenta que temprano en la mañana había visto un venado en el jardín. ¿En serio? ¡Que bien! Sí, estaba ahí detrás de los arbustos. ¿Como el que está ahí ahora en este instante? Pues sí, resulta que el venado seguía ahí en el jardín, paseándose por el vecindario. Una vez más me encuentro con animales salvajes en la ciudad que debería haber visto en el campo. El mundo al revés.
Y ahora sí que me parece que el blog estará interrumpido hasta nuevo aviso, a no ser que algo extraordinario ocurra hoy. Me voy a Chilito el martes y no me parece muy posible que me encuentre con huemules o guanacos en Santiago.
Piedras y dos poemarios para descargar (El Río; El Lagarto verde y el ave
del paraíso)
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Hola a todos y todas... después de mucho tiempo, la Casa del Simio vuelve,
con un par de cambios importantes... de ahora en adelante se abre una
pequeña su...
Hace 10 años
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